El jueves pasado iniciamos el ciclo "Tinta China sonora", músicas improvisadas para esculturas de León Ferrari. Se trata de una invitación que nos hizo Liliana Piñeyro, directora del Centro Cultural Recoleta, para intervenir tres "Berimbau" que el propio Ferrari pensó como esculturas sonoras, allá por 1979, cuando estaba exiliado en San Pablo. Ferrari nos dejó hacer música con sus esculturas y también, nuevamente, que Gabriela Prado baile con uno de ellos. La vuelta de tuerca en la participación de Prado es que, debido a los micrófonos piezoeléctricos que les adosamos a las varillas de metal, sus movimientos produjeron su propia música, modulada por procesamiento de sonido en tiempo real, vía computadora.
En los clips, filmados por Luciana Ferraro, se pueden ver y escuchar un par de tomas documentales, de baja calidad de imagen y sonido de la performance, que se realizó en la inauguración del desembarco del Palais de Tokio de París, en Buenos Aires, en el CCR. La muestra incluye, los jueves la serie Midi-Minuit, 12 horas de performances varias en las que participamos nosotros.
Gabriela solo iba a participar en la inauguración, pero el encuentro estuvo tan bueno que esperamos que vuelva para alguno de los jueves que nos quedan (15, 22 de este mes y 6 de diciembre)
I LOVE THE MICROPHONE (Dance/Performace)
Hace 5 años
3 comentarios:
para completar la información correctamente habría que decir que las esculturas sonoras de Ferrari se escucharon por primera vez en Buenos Aires en Abril del 2004 en el comienzo de un espectaculo presentado por el CETC, Centro de Experimentación del Teatro colón llamado "Enclaves", que inauguró la temporada 2004 del Centro y donde además de Leon y otros artistas también participó Gabriela Prado
Efectivamente, yo lo vi al propio León tocando sus Berimbau, en el espectáculo del CETC. Y también me contó la propia Gabriela que fue ahí, a partir de la segunda función que empezó a bailar dentro de uno de ellos, por invitación del propio León. Luego, Prado y León, junto con Martín Devoto y Martìn Moore volvieron a trabjar con las esculturas, en un ciclo que se hizo en el MALBA. Nosotros fuimos invitados por Liliana Piñeyro, con el ok de León para seguir explorando estos maravillosos instrumentos.
Este parece ser un espectáculo digno de verse, como tantos otros que conforman la gran lista de expresiones artísticas creadas por el hombre y que antes de que acabemos con el planeta tierra deberíamos hacer uso de estas mismas expresiones de forma masivamente pública, de modo, que al momento de partir de nuestro mundo, todo ser humado haya disfrutado de dichas construcciones musicales.
El matrimonio entre la expresión corporal, el movimiento de los elementos y su sonoridad vibrante en constante cambio, de manera única y sorpresiva a cada instante, hacen aún mas rica visualmente, e interesante la propuesta.
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