sábado, 21 de octubre de 2006

Artículo en Revista Ñ, algunas aclaraciones

Hoy, en el número del 3º aniversario de la Revista Ñ, se publica un artículo del amigo Claudio Korenblit sobre Arte sonoro (Páginas 46 y 47, no disponibles en internet).
Fiel a su estilo, la interesante nota da mucho para discutir y polemizar, ¡prometemos hacerlo en estos días!
Mientras tanto, van algunas aclaraciones para los que lleguen a este site, ya que está mencionado en la nota.
No hay mucho arte sonoro en Buenos Aires, pero no somos los únicos. Hay otros artistas trabajando en este campo que no fueron mencionados en el artículo: por ejemplo, Nicolás Varchausky, que intervino el Cementerio de Recoleta (la obra la presentó el Proyecto Cruce del Festival Internacional de Buenos Aires y se llamó "Tertulia) y la torre de los ingleses en Retiro. También trabajan con instalaciones sonoras Gabriel Paiuk (su "Res Extensa", ganó un premio Gaudeamus, este año) y en la ciudad de Córdoba tengo noticias de varias experiencias similares. Y como antecedente, no hay que olvidarse del concierto de campanas que realizó Llorenc Barber en Buenos Aires hace 8 años.
En la nota se habla sobre "Mayo, los Sonidos de la plaza", que fue una idea original mía, (Martín Liut) pero es una realización colectiva (ver más info en este mismo site).
La obra no trata solo de la última Dictadura, sino que el recorte es entre el 17 de octubre de 1945 y el 20 de diciembre de 2001. CK se confundió porque tiene una versión en estereo de la escena 1976-1983, la única disponible on line a la fecha. Está en el post que le sigue a éste, acá abajo.
El sistema usado fue el de un círculo octofónico surround, más una novena columna de sonido para emitir las voces que salieron del mítico balcón de la Casa Rosada.

Ni instalación sonora ni obra a acusmática en un sitio específico le cuajan como calificativo o etiqueta a este trabajo, único en su especie. Koremblit reconoce la originalidad de Mayo pero reclama nuevas estrategias. Lo primero que me impresiona es cómo "normaliza" una obra que no solo es inédita por su combinación entre arte sonoro, ejercicio de la memoria y site specific art: ¡¡¡Fue hecha nada menos que en la mismísima Plaza de Mayo!!!!! Llegar ahí no fue nada fácil, nadie lo había hecho antes. ¡Y no hay experiencias similares en el mundo!
Si pide inventar nuevas estrategias, es porque parece desconocer la monumental tarea que implicó su realización, totalmente innovadora para la práctica artística sonora en nuestro país, entre otras cosas, por su caracter multidisciplinario.

Esto me lleva a plantear el eje de la próxima discusión: Koremblit suele criticar, en forma vaga y sin dar nombres a la "Academia". Creo que tiene una foto antigua o errada del campo. Una cosa son los conservatorios y otra la Universidad. En tanto generadoras de conocimiento, universidades como las de La Plata, Quilmes (sin cuyo apoyo no se hubiera podido hacer "Mayo", ni "Tertulia", ni "El Puente suena") o Tres de Febrero, son espacios donde la investigación en ciencia y arte generan renovación y apertura, desde hace ya una década por lo menos.